Hay días en lo que nos miramos al espejo y nos encanta lo que vemos. Vemos a una persona llena de energía, descansada, sana y con una piel radiante. Sin embargo, hay otros días en los que necesitamos un poco de ayuda para disimular el estrés y el cansancio que se refleja en nuestro aspecto físico, sobre todo en la piel del rostro.
A pesar de llevar una estricta rutina de skin care y comer saludable, algunos días, la piel necesita refuerzos para disimular los estragos de una vida adulta. Algunos de ellos pueden ser un día de descanso, vitaminas, una mascarilla, un masaje o un drenaje linfático facial.
Así es, probablemente ya había escuchado hablar del drenaje linfático, pero ¿sabías que también se puede realizar en la cara? Un drenaje linfático facial puede traer muchos beneficios para nuestra piel, tanto internos como externos. Algunos de ellos son: reducir la hinchazón, eliminar toxinas y tonificar. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre está técnica.
¿Qué es un drenaje linfático facial?
Comencemos por definir qué es un drenaje linfático facial. Se trata de una técnica de masaje manual para estimular y optimizar el sistema linfático de la cara. Este sistema es una red de vasos linfáticos que se encargan de mantener los líquidos corporales en equilibrio y defender al cuerpo de infecciones.
El drenaje consta de movimientos circulares muy suaves y lentos para dirigir los líquidos retenidos hacia los ganglios linfáticos, los cuales se encuentran ubicados cerca de los oídos y de los ojos. De esta manera el líquido linfático es vertido al torrente sanguíneo.
A diferencia de los masajes creados para combatir los signos de la edad, los cuales promueven únicamente los movimientos ascendentes. Los masajes linfáticos también hacen uso de los movimientos descendentes. Esto debido a la ubicación de los ganglios.
¿Cuáles son los beneficios?
El drenaje linfático facial tiene múltiples beneficios para la piel y para la salud. La técnica promueve la oxigenación de los tejidos faciales y reduce la inflamación de la piel, lo que mejorará la apariencia de la dermis. Además, elimina las toxinas que se acumulan en los tejidos, fortalece los músculos, favorece la circulación de la sangre y reduce el estrés.
Otra ventaja de esta técnica es que se puede realizar en casa con nuestras propias manos. Incluso, puede ser ese momento del día en el que nos desconectamos de todo y nos dedicamos un minuto para nosotros mismos. La recomendación es hacerlo de dos a tres veces por semana en un ambiente relajante, con música de fondo y alguna esencia relajante.
¿Cómo hacer un drenaje linfático?
Lo primero es lavar la cara y las manos, debe realizarse sobre la piel limpia. Después debemos aplicar sobre la piel una crema hidratante, la cual facilitará el deslizamiento de los dedos sobre el rostro.
- Hay que empezar colocando los dedos sobre la frente y hacer movimientos horizontales hacia las sienes.
- Después debemos presionar ligeramente la zona que se encuentra detrás de los lóbulos por lo menos tres veces, para activar el sistema linfático.
- Ahora, coloquemos las puntas de los dedos medios de ambas manos en la frente, hay que deslizarlos por los costados de la cara rodeando los ojos hasta la zona de las ojeras. Debemos repetirlo tres veces.
- Es hora de los movimientos circulares. Con los dedos índice y medio debemos hacer movimientos circulares cortos por todo el contorno del rostro, hasta la barbilla. Para finalizar, desliza los dedos por el cuello hasta la clavícula en un movimiento continuo. También hay que hacerlo tres veces.
- Uno más. Hay que realizar movimientos circulares cortos desde el lagrimal hasta la parte trasera de las orejas, pasando por el contorno de ojos.
Como ya lo mencionamos se puede realizar como parte de la rutina de skin care algunas veces a la semana, pero también existen especialistas en drenaje linfático facial. Podemos consultarlos para un masaje más especializado y para obtener mejores resultados.