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Sabemos que el invierno es la temporada favorita de muchos. Con él llegan las fiestas, el chocolate caliente y las vacaciones. Lo disfrutamos mucho. Sin embargo, quien no la pasa nada bien en este periodo del año es nuestra piel. Para ella este clima es sinónimo de resequedad y rojez.

La razón por la que la piel sufre en invierno es porque el frío genera una vasoconstricción para minimizar la pérdida del calor, según la Academia Española de Dermatología y Venereología. Además, la circulación sanguínea se reduce, recibe menos nutrientes y la capa hidrolipídica se deteriora. Aunque, si le damos los cuidados necesarios evitaremos que sufra de más.

Aquí te contamos cómo cuidar la piel del frío y evitar que pierda el glow por el que hemos trabajado todo el año. Hidratación, hidratación y más hidratación
Tal vez en temporada de calor nos baste con una buena crema hidratante, pero cuando la temperatura baja necesitamos refuerzos. Con esto nos referimos a incluir un suero, de preferencia uno que contenga ácido hialurónico. Este ingrediente se encargará de que nuestra dermis retenga agua y así se mantenga humectada.

Agua templada

Seamos sinceros, no hay nada más relajante que ducharnos con agua hirviendo, y más cuando hace frío. Sin embargo, el agua caliente reseca la dermis rápidamente. Lo mejor será bañarnos y lavarnos la cara con agua templada, así evitaremos una piel tirante y cuarteada. La recomendación es colocar un hidratante inmediatamente después del baño, pues los productos se absorben mejor sobre una piel húmeda. Lo ideal es aplicar uno con ácido hialurónico y ceramidas.

Mantengámonos hidratados

El aire es mucho más seco en invierno, por esta razón el agua de nuestro cuerpo se evapora más rápido. Solemos creer que debemos tomar bastante agua solamente cuando hace mucho calor, sin embargo, en el invierno es igual de esencial beber suficientes líquidos.

Rutina de invierno

Los productos que nos funcionan en verano, no necesariamente son los que cubrirán las necesidades de nuestra piel en invierno. Así que debemos adaptar nuestra rutina dependiendo del clima y, más importante aún, de lo que nuestro cutis nos pida. Durante esta temporada debemos elegir limpiadores y productos de skin care que tengan ingredientes hidratantes, así evitaremos dañar la barrera natural de nuestra piel.

Protector solar

El protector solar se usa los 365 días del año no importa si esta soleado, nublado o lluvioso el día. Sabemos que durante el invierno el sol es menos intenso, pero esto no significa que debemos dejar de proteger nuestra piel de los rayos UV que traspasan hasta las ventanas.

Recordatorio: Debemos aplicar protector solar de amplio espectro cada tres horas.

Cuidado con las exfoliaciones

Durante la temporada invernal es recomendable limitar la cantidad de veces que exfoliamos nuestra piel, pues su barrera natural está más sensible que de costumbre. Lo ideal es hacerlo una vez a la semana. De esta manera, la ayudaremos a regenerarse y a que absorba mejor los productos.

No olvidemos las manos

Especialmente ahora, la piel de nuestras manos está más reseca que nunca, pues las lavamos incontables veces al día. Además, tienen menos glándulas sebáceas que las otras partes del cuerpo. La suma de estos dos factores dará como resultado unas manos resecas y cuarteadas si no les ponemos especial atención durante la época de frío. Lo ideal es aplicar crema humectante después de cada lavada.

Dieta

Es importante mantener una dieta rica en frutas y verduras para tener una piel radiante. Los frutos rojos son una gran opción, ya que son ricos en vitaminas y antioxidantes. Justo lo que necesitamos para mantenernos sanos en la temporada de frío.

Sigamos con el ejercicio

Sabemos que no hay nada como meternos debajo de una cobija y disfrutar de una película, pero el ejercicio es la clave para que nuestra piel sufra lo menos posible. Mantenernos activos hará que nuestra circulación aumente y esto a su vez nos dará un cutis luminoso y radiante.

Es imposible evitar por completo el daño que causan las bajas temperaturas en nuestra piel, pero siguiendo estos consejos podemos reducir considerablemente los efectos del frío.


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