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Los masajes faciales deberían de ser parte de tu rutina de belleza diaria. No solo por los beneficios que generan en la piel, también por ser un método relajante muy efectivo. Una rutina estricta de skin care da buenos resultado. Pero si se combina con un masaje facial que ejercite los músculos y estimule la circulación trasformará por completo la piel del rostro.

Ponerte en manos de un experto siempre es una buena opción, sin embargo, algunas veces no es posible hacerlo o no se puede hacer tan seguido como el método lo requiere. Por esta razón, es importante saber cómo hacerlo en casa. Aquí te dejamos algunos consejos de expertos en la materia.

Comencemos por explicar todos los beneficios que esta técnica aporta a la piel. El principal logro del masaje facial es alisar y reafirmar la piel. Además, consigue reducir significativamente los niveles de estrés. ¿Qué más saludable que la piel de una persona relajada? También aumentará la luminosidad de y ayudará a reducir la apariencia de los signos de la edad.

Prepara la piel

Antes de empezar el masaje debemos preparar la piel. Comienza por lavar tus manos a profundidad, utiliza la técnica que nos han repetido hasta el cansancio últimamente, lavar por 20 segundos con jabón y agua. De esta manera evitarás infectar tu piel con todas las bacterias con las que tus manos están en contacto a lo largo del día. Ya que tus manos estén impecables, entonces es hora de la limpieza facial. La recomendación es masajear el rostro con el limpiador alrededor de 60 segundos, puede ser menos dependiendo de tu tipo de piel.

Elije el producto correcto

Lo ideal es hacer el masaje utilizando una crema hidratante o algún aceite que sepas que le cae bien a la piel de tu cara. Aplica tus productos de skin care en el orden en el que acostumbras hacerlo, el último paso debe de ser la humectación. Otra ventaja del masaje facial es que ayuda a que la piel absorba mejor los productos aplicados.

Deja fuera al contorno de ojos

Esta zona es la más delicada del rostro, por eso no es recomendable aplicar presión sobre ella. Si quieres tratar ojos hinchados u ojeras puedes utilizar el dedo anular para dar un ligero masaje con movimientos del lagrimal hasta la esquina exterior del ojo. Otra técnica ideal para esta área es dar pequeños toquecitos con las yemas de los dedos, deben de ser muy suaves. Puedes utilizar algún suero para contorno de ojos o crema hidratante.

Adáptalo a las necesidades de tu piel

Si lo que buscas es reafirmar la piel, entonces deberás masajear haciendo movimientos más profundos, pero no deben causar ningún tipo de dolor. Por otro lado, si tienes piel grasa con tendencia a acné o si tu dermis es muy sensible trata haciendo toques ligeros aplicando menos presión.

También puedes utilizar herramientas

Los dedos son más que suficientes para dar un buen mansaje y alcanzar buenos resultados. Sin embargo, existen herramientas que te pueden ayudar a la hora de dar el masaje, como por ejemplo el rodillo de jade, rodillo de obsidiana o una barra escultora. Estás herramientas sirven básicamente para estimular la circulación, desinflamar la piel, reafirmar y relajar los músculos del rostro.

Incorpora el masaje en tu rutina

Un masaje te puede tardar dos minutos más de lo que normalmente te demoras en tu ritual de belleza diario y a cambio te traerá muchos beneficios. Pero si lo que tú necesitas es algo que no te quite más tiempo, entonces inclúyelo en cada paso de tu rutina. ¿Cómo? Lo único que tienes que hacer es masajear tu rostro con cada producto que apliques, con el limpiador, con el suero y con la crema hidratante. Con hacerlo un par de veces a la semana podrás notar los resultados.

Implementa esta sencilla técnica

  1. Presiona los dedos entre las cejas, deslízalos hacia arriba por la frente y luego por el contorno. Repítelo varias veces.
  2. Coloca las yemas de los dedos en el centro de la cara, a la altura de la nariz, después desliza hacia afuera hasta las orejas, pasando por los pómulos.
  3. Haz el mismo movimiento a la altura de los labios, de adentro hacia afuera.
  4. No te olvides del cuello. Masajea hacia arriba empezando desde la clavícula y terminando en la barbilla.

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